Una sociedad próspera es aquella en la que hay oportunidades disponibles para todos, donde podemos soñar con un futuro mejor y creer firmemente en la posibilidad de construirlo.
La creación de empresas no solo genera abundancia económica, también abre las puertas a una mejor calidad de vida. Si las bases de esas empresas son sólidas, impulsan un progreso sostenible para nuestras ciudades, nuestros países y el mundo.
Hoy, más que nunca, las empresas deben contribuir positivamente a la sociedad y al medio ambiente, y deben buscar la rentabilidad que les permita generar un impacto sostenible a largo plazo.
Me considero afortunada de haber nacido en un momento de la humanidad en el que cualquier persona con ganas de crear prosperidad a su alrededor tiene acceso a una fuente inagotable de inspiración y aprendizaje. Hoy, quienes aspiran a construir un mundo más próspero tienen a su disposición oportunidades que ninguna otra generación ha tenido antes.
Mi deseo es contagiar a otros con mi curiosidad, mi sed constante de aprendizaje y mi empeño en liderar o participar en proyectos que dejen una huella en este mundo de infinitas posibilidades. Mi vida ha sido un viaje de retos, aprendizajes y crecimiento. Es un honor que sigas mi camino y espero que te inspire en la construcción del tuyo.
Ahí nací y es donde hoy está mucha parte de mi familia y amigos. Es una ciudad única que me enseñó a sentirme orgullosa de ser Colombiana. Crecí rodeada de naturaleza, amigos y familia. En Medellín empecé mi primera compañía: Tribal Colombia, una agencia digital en el año 2000.
La familia de mi papá es catalana. Ahí viven hoy muchos familiares y algunos amigos. Viví en Barcelona en una época difícil de Colombia. Entendí de dónde venía aunque extrañé todos los días a mi país. Siempre que puedo voy por unos días a disfrutar de esta maravillosa ciudad.
La ciudad que sació mi curiosidad por 4 lindos años. Me gradué de Publicidad en Emerson College en mayo de 1997. Ahí me enamoré de lo que la tecnología podía hacer para conectar a las personas y a las marcas. Una ciudad que siempre me da excusas, generalmente académicas, para volver.
Ahí aprendí a ser adulta. Me enfrenté a la soledad del emprendimiento en una ciudad que tenía todo para dar. Me enseñó que los sabores aprendidos terminan siendo los favoritos. He vivido ahí dos veces y cada vez que voy encuentro más razones para querer volver.
Una de esas casualidades que me puso el destino. Ahí me enamoré de mi compañero de vida y pasé 4 felices años desayunando chilaquiles siempre que pude. En México entendí que ser latino no significa pensar en pequeño. He estado como invitada en Shark Tank México dos veces y no puedo explicarles con palabras lo mucho que lo he disfrutado.
Aquí entendí lo que mi papá quería decir cuando decía que “el mundo es de Dios y se lo presta a los valientes”. En Miami entendí que el mundo no tiene límites y que trabajo, disciplina y convicción son realmente las únicas tres cosas necesarias para cumplir tus sueños. Aquí he vivido la mayor parte de mi vida adulta y vivo hoy en compañía de mi esposo, una hija de corazón y Sake, nuestro perrito. Disfruto mucho viviendo junto al mar y del particular clima de esta ciudad. Aquí me he reinventado ya tres veces… y estoy segura que faltan otras cuantas.
Ahí nací y es donde hoy está mucha parte de mi familia y amigos. En una ciudad única que me enseño a sentirme orgullosa de ser Colombiana. Crecí rodeada de naturaleza, amigos y familia. En Medellín empecé mi primera compañía: Tribal Colombia, una agencia digital en el año 2000.
La familia de mi papá es catalana. Ahí viven hoy muchos familiares y algunos amigos. Viví en Barcelona en una época difícil en Colombia. Entendí de dónde venía aunque extrañé todos los días a mi país. Siempre que puedo me vuelvo unos días a disfrutar de esta maravillosa ciudad.
La ciudad que sació mi curiosidad por 4 lindos años. Me gradué de Publicidad en Emerson College en mayo de 1997. Ahí me enamoré de lo que la tecnología podía hacer para conectar a las personas y a las compañías. Una ciudad en la que siempre hay una excusa, generalmente académica, para volver.
Ahí aprendí a ser adulta. Me enfrenté a la soledad del emprendimiento en una ciudad que tenía todo para dar. Me enseñó que los sabores aprendidos terminan siendo los favoritos. He vivido ahí dos veces y cada vez que voy encuentro más razones para querer volver.
CIUDAD DE MÉXICO. Una de esas casualidades que me puso el destino. Ahí me enamoré de mi compañero de vida y pasé 4 felices años desayunando chilaquiles siempre que pude. En México entendí que ser latino no significa pensar en pequeño. He estado como invitada en Shark Tank México dos veces y no puedo explicarles con palabras lo mucho que lo he disfrutado.
Aquí entendí lo que mi papá quería decir cuando decía que “el mundo es de Dios y se lo presta a los valientes”. En Miami entendí que el mundo no tiene límites y que trabajo, disciplina y convicción son realmente las únicas tres cosas necesarias para cumplir tus sueños. Aquí vivo hoy en compañía de mi esposo, una hija de corazón y nuestro perrito Sake. Disfruto mucho viviendo junto al mar y del particular clima de esta ciudad. Aquí me he reinventado ya tres veces… y espero que falten otras cuantas.